Chino lo es Todo
Traducción libre de un canto ceremonial de aborígenes Chile de sudamérica que data de mediados del siglo XXI y que habla de un personaje mítico llamado Chino, una especie de daimon de generosas formas. Según la interpretación de Romanoski (4175b) se trataría del dios de la ambiguedad, la lujuria y el fracaso.
Chino camina entre nosotros. Nos observa. Está en todos los lugares, en todos los rincones. Está incluso ahí, donde menos te lo imaginas. Chino sabe. Chino es más grande, más ancho, más extenso que cualquier cosa imaginable. Chino duda. Chino es más gordo, más amplio y redondo que cualquier planeta, que cualquier astro. Chino es puro. Chino es poderoso, como un millón de bombas de hidrógeno. Chino es la fuerza de la verdad. Es la música que hace vibrar a la humanidad. Chino es un millardo de almas clamando por justicia, por dignidad, porque sí. Chino es solemne, es discreto, y a la vez es apabullante y estridente; es la sinécdoque de todo lo bueno, de todo lo malo, de todo lo humano. Chino no tiene alma. Chino no tiene culpa. Chino no tiene verguenza. Chino no tiene nada. Chino es la única tendencia correcta, es una megatendencia. Chino no tiene tiempo y a la vez es El tiempo. Chino es la demora y la espera infinita. Chino es cauto. Chino no discrimina. Chino es todos los olores en uno. Chino es más que chino, es una hipérbole de Dios mismo. Pero en feo. Chino es otra cosa.
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